En este tiempo de Adviento, a la espera de un nuevo nacimiento del niño Dios, queremos renovar nuestra esperanza en Él, que es capaz de transformar nuestros corazones de piedra en corazones de carne.
Particularmente, en nuestro país, y ante diversas demandas sociales; la única y verdadera Luz que puede guiarnos al bien común, es Jesucristo.
Así, sabemos que podremos lograr un profundo reencuentro entre todos, para construir una mejor nación y más justa.
No dejen de saludar al Dios-con-nosotros el día de Navidad.
¡Felicidades!
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